Dicen que uno de los atractivos de visitar los países escandinavos es la posibilidad de disfrutar del sol a plena noche. Bueno, tal vez A Coruña quede demasiado al sur para esas virguerías naturales, pero aquí podemos presumir de una noche al año en la que el fuego más brillante ilumina nuestra ciudad. Se trata de nuestra celebración por excelencia: la noche de San Juan.
La antigüedad de Buño como pueblo alfarero resulta difícil de demostrar, pero sus orígenes bien se podrían remontar hasta la Prehistoria, época a la que pertenecen los restos de cerámica más antiguos encontrados en la comarca. Con la romanización se introduce el torno, que va a suponer un cambio muy importante en la creación de las piezas. Pero será en la Edad Moderna, cuando la actividad alfarera de Buño comience a tomar impulso, serán precisamente los alfareros de esta villa bergantiñana los que en el siglo XVI, hagan los caños para la primera traída de agua que se instale en la ciudad de La Coruña.
Galicia es, por excelencia, una Comunidad donde abundan las fiestas.
El Cabo Touriñán es el punto más occidental de Galicia, y de la España peninsular, situado en el municipio de Muxía, en la provincia de A Coruña.
El faro de Touriñán además podría decirse que es doble, ya que el original de 1898,
que heredó la óptica del de Cabo Vilán en desuso, es una pequeña torre de 8 metros de altura con un alcance de 10 millas, luz fija blanca y lámpara de parafina, sustituida en 1981 por el nuevo faro.
Este fin de semana es la feria del vino en Chantada Lugo. 9-10-11 Marzo
La presencia documentada del encaje en Galicia data del siglo XV. Su introducción, si no fue anterior, se produjo por lo menos al mismo tiempo que en el resto de países europeos. Pero se podría introducir con anterioridad, dado que los pueblos de la península Ibérica mantuvieron siempre relaciones comerciales con oriente.
Durante los siglos VI Y XVII, bajo el reinado de la dinastía de los Asturias, el encaje alcanzará en la península Ibérica un gran desarrollo, recibiendo una notable influencia de Francia y Flandes, llegando casi a desaparecer las formas tradicionales del encaje peninsular. Hay que tener en cuenta que muchos soldados gallegos combatieron en los denominados Tercios Flamencos. A principios del siglo XVI el conde Fernando de Andrade fue con un ejército a combatir a Flandes junto con otros nobles y soldados de nuestro país. A su regreso posiblemente trajeran modelos y muestras de encaje, e incluso algunos volvieron casados con mujeres que conocían este arte.
Camariñas, es la villa del Cabo Vilán, «Pombiña do Vilán» como la llamó un poeta. Paloma por su blancura, la blancura de sus casas encaladas, sus callejuelas estrechas, íntimas y recogidas. Camariñas tiene identidad propia, incluso en el habla, de acento peculiar. Si de algo entienden sus habitantes es de la mar, y de naufragios. De sobra es conocida la solidaridad de sus habitantes ante las catástrofes marinas, llegando incluso a arriesgar la vida. Dan fe los regalos que la marina inglesa hizo al ayuntamiento con motivo de la tragedia del Serpent.
La ciudad marinera por excelencia, donde el Mar lo es todo. En nuestra pequeña península se percibe el Mar con los cinco sentidos y el visitante también lo vive así cuando está entre nosotros. Durante su estancia, puede sentir esta esencia en las calles, jardines, plazas, mientras saborea nuestra gastronomía... 
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