Torre de Hércules
La luz más antigua de la Costa Gallega.
En el extremo sur del golfo ártabro, frente por frente con el del cabo Priorniño, está la Torre de Hércules, el Faro Romano más antiguo del mundo. Dice el Ayuntamiento de A Coruña que lo contruyó "con toda la probabilidad", en la segunda mitad del siglo I, un arquitecto de Coímbra llamado Gaio Sevio Lupo, aunque no hay constancia escrita del faro hasta el siglo III. El revestimiento exterior actual es del siglo XVIII. Sus 59 metros de altura parten de un monte de 60 metros de altitud sobre el nivel del mar y emite una luz de 23 millas de alcance.
Símbolo heráldico de la ciudad, la leyenda atribuye la primitiva construcción de la torre a la victoria de Hércules contra el gigante Gerión, que traía atemorizados a los habitantes de estas tierras. Al derrotarlo, después de pelear durante tres días, el hijo de Zeus hizo enterrar la cabeza del gigante en el campo de batalla y, cimentándola en su sepultura, erigió la torre. Así lo recoge la Crónica general de Alfonso X el Sabio.
La Torre de Hércules es bien de interés cultural desde 1931 y patrimonio de la humanidad desde 2009. Un año antes se produjo el hermanamiento con la estatua de la Libertad. El acceso al interior permite el ascenso a sus 234 escalones ofrecen la recompensa de abarcar desde las islas Sisargas hasta la bocanada de la ría de Ferrol.
Su luz también mira de reojo a los faros de Mera, que son dos. Las torres son de 11 y 14 metros de altura y distan 300 metros una de la otra. Sus linternas están a 56 y 81 metros sobre el nivel del mar. La antigua casa del farero, convertida hoy en Aula del Mar, alberga una exposición interactiva permanente, un laboratorio y dos miradores acristalados, además de un punto de observación ornitológica. El museo reproduce una batea y una furna y expone una colección de focos antiguos de faros. Sus inmediaciones constituyen el monumento natural de la costa Dexo-Serantes, cuyo centro de recepción de visitantes está en la misma casa del farero. La franja marítima que va de Mera a Lorbé es un área natural bien conservada de la Costa Ártabra, singular por sus ecosistemas, sus paisajes y su geología. Además, constituye el hábitat de varias especies marinas. En este paraje, visto desde el mar, destaca el Seixo Branco, una llamativa veta de este color, en medio de la negritud de la costa, que los navegantes tienen como referencia.